sábado, 3 de julio de 2010

ANÁLISIS COMUNICATIVO DE LA NOTICIA



Gisela espera que Roberto Martínez se muestre "más caliente"

El reciente surgimiento de programas del género Reality Shows en distintos



canales de la televisión abierta en nuestro país ha generado un significativo interés en la población, lo que se ha manifestado en altos niveles de audiencia televisiva y en una extensa cobertura de prensa, focalizada tanto en las características de los programas como en los posibles efectos en la población. “El gran show”, es un reality peruano de baile, conducido por Gisela Valcárcel, el cual se emite en el horario de las 10 p.m. los días sábado por América Televisión. La cobertura de prensa que abarca es muy extensa, porque no sólo es dado a conocer a través de otros canales televisión (bloque farandulero) sino también a través de la prensa escrita y páginas Web.



En esta ocasión fue el diario El Comercio (emisor), que extrajimos la noticia: Gisela espera que Roberto Martínez se muestre "más caliente" publicada el día 22 de junio en su segmento Luces. Dicho sea de paso este diario se difunde en ediciones impresas y de manera virtual. La propiedad de este medio es de la familia Miró Quesada, quienes además son dueños de otros medios de comunicación (diarios, canales de televisión y emisoras de radio). El comercio Es un diario muy influyente y circula normalmente en las esferas sociales de medias a altas, lo que quiere decir que los receptores pertenecen a un círculo social selecto. La carga del contenido ideológico pertenece ala derecha nacional.



El mensaje en el título de la noticia: Gisela espera que Roberto Martínez se muestre "más caliente" da a entender que se trata de una insinuación directa de Gisela a Roberto, y eso era precisamente lo que ella buscaba, pero analizando el contexto se trataba de un fragmento de una declaración en que Gisela, realiza en la gala del 19 de Junio en “El gran show”, pues le dijo a Roberto: “Estás heladito y yo caliente”, peculiar comentario que hizo porque su ex esposo venía del aire acondicionado. “Aún a mis años me mantengo caliente, y él a sus pocos años estaba frío, esperemos que se caliente”. Para nosotros se trata una declaración ambigua, puesto que, por un lado parece ser una insinuación subida de tono ( además de que en la imagen del diario se muestra a una Gisela con una expresión de desbordante sensualidad), por otro lado parece hacer referencia de un llamado de atención, ya que el participante a pesar de moverse poco o casi nada en el escenario, sigue pasando a la siguiente fase, sin mérito, lo cual demostraría la preocupación de la conductora, tras ver cómo el público se va dando cuenta de la manipulación para conservar altos niveles de sintonía (perceptores), en otros términos todo sea por el gran señor rating. La exposición de la privacidad es uno de los componentes que despierta mayor atractivo y curiosidad, aunque también es el que despierta más críticas cuando es excesiva.



El público es una gran masa homogénea que no distingue edad, sexo, clase social. Todos comparten la sensación de estar allí, compartiendo de igual a igual las experiencias de los integrantes del juego. No parece haber narradores ni intermediarios entre el público y los participantes, parece ser una historia que se cuenta sola y que se vive en contacto directo con los miembros del juego. Las imágenes brindan una verdad incuestionable, el público cree ver lo que sucede y en el momento que sucede.



El boom de estos reality se da a nivel mundial y captan altos niveles de sintonía, se trata entonces de un producto globalizado lo que Annie Le Brun denomina "un proceso de idiotización general que une a los devotos de todos los países pero también de todas las clases sociales y de todas las edades".

Los reality shows intentan transmitir la ilusión de que lo que se exhibe es la realidad concreta, pero más bien es una “nueva realidad televisiva”. Si bien se trata de transmitir al público que lo que se presenta en pantalla es “real”, debe considerarse la presencia permanente de cámaras y la intervención de las situaciones por guionistas y editores. La sospecha de que estos programas son manipulados. Esto se debe a que en la construcción de las historias existe una clara participación de editores y guionistas, quienes seleccionan lo que se ha de exhibir en pantalla y le otorgan coherencia al programa. Es por eso que se habla de la novela Gisela y Roberto, porque en cada programa lo que busca el público televidente es ver efectos reales de un supuesto romance. Sospechas amparadas por sus salidas y encuentros fortuitos en la vida real, captados y difundidas por la prensa escrita, radial y televisiva, a manera de marketing del programa televisivo.

Según Bauman, vivimos en una sociedad mediatizada por el consumo. El alto nivel de participación del público a través de sus llamadas telefónicas y los significativos rating que han obtenido estos programas no tiene otro significado que no sea el de conseguir dinero.



Todo esto no es más el resultado del consumismo, un mercado donde se venden y compran mercancías. No podemos decir que la sociedad de consumidores ha sustituido a la sociedad de productores, sino que se ha generado a partir de sus contradicciones inherentes. Marx ya comentaba que si el capitalismo se impuso como sistema de producción en Gran Bretaña fue gracias a la expropiación de las tierras a los campesinos ingleses, lo que les obligó no sólo a formar parte de un mercado de trabajadores, sino a formar parte de un mercado de consumidores aptos para recibir los productos que ellos mismos producían como mano de obra en las fábricas e industrias; por este motivo, el trabajo concebido como eje vertebrador de la propia existencia, y el consumo como forma de dar sentido a la alienación que provoca el capitalismo industrial, van inextricablemente ligados.



Según Deleuze en la situación actual, el capitalismo ya no se basa en la producción, que relega frecuentemente a la periferia del tercer mundo. Es un capitalismo de superproducción. Ya no compra materias primas y vende productos terminados: compra productos terminados o monta piezas. Lo que quiere vender son servicios y lo que se quiere comprar son acciones. No es solamente una evolución tecnológica, es una profunda mutación del capitalismo. Las sociedades de control operan sobre máquinas de tercer tipo, máquinas informáticas.



La Dra. Eva Patricia Gil Rodríguez de Universidad Autónoma de Barcelona en su ensayo: Simulacro, Subjetividad y Biopolítica; De Foucault a Baudrillard hace referencia al Placer y disciplina en consonancia con la sociedad del mercado. Dice que el placer sólo podemos entenderlo como asociado a una sociedad de consumidores, donde tenemos todo lo que podamos desear al alcance de la mano. La disciplina, en cambio, sólo tiene sentido en una sociedad de trabajadores o de productores, en la que es imprescindible entender el deseo como algo a conseguir a largo plazo, a la vez que interiorizar (Foucault). Parece que lo que constituye actualmente un gran mecanismo de poder es el sinóptico, donde en lugar de unos pocos mirando a muchos, como sucedía en el panóptico, tenemos a muchos mirando a unos pocos. Y el sinóptico no funciona mediante la vigilancia sino mediante la seducción, seducción que nos lleva a adquirir unas determinadas formas de comportamiento en consonancia con la sociedad de mercado. (Bauman).



Los muchos miles de sinópticos que podemos encontrar en los medios de comunicación: talk shows Y reality shows como Gran Hermano en todas sus variaciones... programas de prensa rosa y programas que son extrañas combinaciones de todos ellos... Todos ellos son mecanismos que generan normas de comportamiento, que nos proporcionan información sobre lo que es importante y lo que no socialmente, y sobre todo, que nos muestran, construyen y reducen el ámbito privado a la gestión de impresiones y al simulacro.



El sinóptico está relacionado con una concepción de deseo como placer inmediato, que es justo el tipo de vehiculación libidinal que más conviene en una sociedad de consumo. Placer inmediato y fama inmediata: con un curso intensivo te convertirás en artista, siempre y cuando te esfuerces lo suficiente.

Para terminar diremos que el Gran Show, no es más que una expresión de mercado donde el mismo programa es un producto donde la envoltura tiene como ilustración la imagen de Gisela y Roberto abrazados como representación la pareja perfecta. Por lo menos eso se nos vende, una psudoromance en pro del rating, donde el placer es mutuo tanto para productores como consumidores, unos porque tiene demanda por su producto y otros porque les ofertan lo que desean.



Es una telenovela, que se difunde cada día en portadas de diversos diarios, y otros medios (radio, tv, Internet) todos diferentes pero con el mismo contenido. Dirigidos a una gran masa homogénea, donde ni estratos sociales, grupo etáreo, género, etc, no parecen ser un obstáculo para su propósito mercantil.



Los capítulos aparecen consecutivamente y tienen como hilo conductor el proceso de reconclición de la expareja de esposos.



Nosotros como perceptores sabemos lo que sigue, es decir conocemos el siguiente capítulo donde el protagonista nunca muere, y sale victorioso al final. A pesar de las situaciones adversas.



Toda esta armazón mediática no es más que el resultado de un trabajo mancomunado para vender un producto y obtener las mejores ganancias, ofertando lo que los consumidores desean.
LAS EDITORA

No hay comentarios:

Publicar un comentario